El ópalo es una piedra semipreciosa muy apreciada en joyería, aunque la valoración de la misma depende de muchos factores. La calidad del ópalo se distingue por la pureza de sus cristales, y por lo tanto según su capacidad de irradiación. Encontramos dos variedades fundamentales de ópalo: el ópalo común y el ópalo noble. El primero no presenta juego de colores a diferencia de la segunda variedad.
El juego de colores se produce por la disposición aleatoria de placas submicroscópicas de esferas de tridimita o cristobalita, que actúan como redes de difracción de la luz. Se observa como una gama de plaquitas imprecisas, intensamente coloreadas, que se desplazan al mover la gema. Independientemente de su calidad es posible encontrar el ópalo en colores negro, gris, blanco, marrón, púrpura, amarillo, naranja, verde, azul-verdoso o incoloro. En cuanto a su transparencia, pueden ser casi transparentes y ligeramente opalescentes hasta opacos.
Existen múltiples variedades del ópalo, entre ellas las más conocidas son: